En un viaje reciente a México, visitamos la famosa Casa del Habano, ubicada en Cancún, Quintana Roo. Esta fue la primera franquicia internacional de La Casa del Habano y abrió sus puertas en 1990.

La Casa del Habano es considerada un templo por aquellos que disfrutan fumar puros cubano y que saben de la buena vida. Este es un lugar donde se puede pasar una tarde entera bebiendo rones cubanos y fumando un puñado de habanos difíciles de encontrar fuera de Cuba.

Ya que ésta era nuestra primera vez en este lugar, decidimos caminar dentro de la tienda y absorber cuanto pudimos de la increíble atmósfera que ahí se respira. Esta es una tienda donde se pueden descubrir cosas interesantes en cada rincón y en donde los puros, humidores, ceniceros, esculturas y adornos son el foco central del 'decor'.

Algo formidable acerca de este lugar, es que el bar está muy bien abastecido con rones cubanos y se puede disfrutar de algunos de los mejores mojitos hechos al momento con Havana Club, tal y como debe de ser. En este santuario de los mejores puros y rones cubanos, se puede disfrutar de todas las variedades de Havana Club, incluyendo el 7 Años, el Añejo Especial, el Gran Reserva 15 años, el 'Cuban Barrel Proof' e incluso del rarísimo y muy cotizado 'Selección de Maestros'. Adicionalmente, tuvimos el gusto de disfrutar del ron de producción limitada 'Ron Extra Añejo Reserva Especial 15 Años Edmundo Dantés' del cual sólo se producen 3,000 botellas muy de vez en cuando.

A medida que caminamos por la tienda, encontramos una estupenda mesa para jugar dominó cubano. La mayor diferencia entre las fichas tradicionales y las del dominó cubano, es que las fichas tienen el famoso doble nueve a diferencia del más tradicional de doble seis. Mientras que el primero tiene 55 fichas, el segundo tiene sólo 28 fichas. Como ustedes saben el juego de dominó es el juego oficial de Cuba y para muchos, la mejor actividad de ocio para disfrutar con amigos y familiares. Aquí en los Estados Unidos, esta tradición se mantiene viva en el Domino Park "Máximo Gómez", en la Calle Ocho, en el corazón de Miami, Florida. Un lugar donde muchos de los veteranos se fuman un puro y disfrutan de una tarde jugando al dominó con los amigos.

A medida que continuamos caminado dentro de la tienda, encontramos cuatro bustos de bronce con las efigies de grandes aficionados al puro como lo eran el 'Che' Guevara, John F. Kennedy, Sir Winston Churchill y el legendario tabacalero Alejandro Robaina, el más famoso y reconocido tabacalero de la región de Vuelta Abajo en Cuba y a quien en 1997, Habanos S.A. honró con el lanzamiento de una línea de puros que llevan el nombre de su famosa finca, Vegas Robaina.

Una vez que nos dirigimos adentro del humidor principal, elegimos algunos habanos para fumar en la tienda en compañía de nuestros mojitos. La selección incluyó un H.Upmann Edición Limitada2009, un Romeo y Julieta 'Coronitas en Cedro' y un Bolivar No. 3.

A medida que dio inicio la tarde con unos sorprendentes mojitos, decidimos iniciar nuestra jornada de fumadera de puros con el H. Upmann Edición Limitada 2009. Un puro fuera de serie que es digno de tener su propia reseña por separado y que publicaremos próximamente.

Conforme bebíamos nuestros tragos y fumabamos nuestros puros, dimos una vuelta más por la tienda, para descubrir algunas otras cositas de las que vale la pena platicar. Cerca del área donde se encuentran los humidores en forma de mueble, encontramos uno muy fino hecho a mano con la imagen de Vegas Robaina. Un humidor de cedro con tres cajones para almacenar hasta 250 puros. Una pieza de arte única y uno de los más hermosos humidores que jamás hayamos visto. La decoración de su puerta, esta hecha con diferentes tipos de popotillo y chapa de madera para crear la imagen icónica de Alejandro Robaina en su plantación. Los cajones vienen con múltiples divisiones que se pueden acomodar al gusto y el precio de aparador tan sólo $1,800 USD.

Para aquellos lo suficientemente valientes como para dejar el espacio cómodo y fresco con aire acondicionado, en la parte posterior hay una hermosa terraza con vista a los manglares junto a la laguna Nichupté, donde el clima cálido y húmedo hará que te sientas como si estuvieras fumándote un puro cerca de el Vedado en La Habana.

Después de otra ronda de mojitos, decidimos probar un puñado de rones cubanos incluyendo el Edmundo Dantes que nos pareció inclusive mejor que una Zacapa X.O. y nos fumamos nuestro ultimo puro de la tarde, un Bolivar No. 3, en compañía de un delicioso espresso Danesi. Conforme la tarde se desvanecía hacía la penumbra de la noche, un día más en Cancún estaba por terminar. A medida que nos retirábamos de este templo de la buena vida, les prometimos a nuestros amigos de la Casa del Habano que volveríamos muy pronto. Cabe mencionar, que sólo tomó un día más antes de que estuviéramos de vuelta. Si están en Cancún un día de estos no olviden pasar por ahí y saludar a nuestros amigos.